Viajar a la Puna de Catamarca es una experiencia que transforma: paisajes lunares, volcanes inmensos, salares interminables, y pueblos que conservan tradiciones ancestrales. Pero a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar, el cuerpo comienza a sentir los efectos de la altura. Y si no lo manejamos bien, puede aparecer el mal de altura, también conocido como apunamiento.
En esta nota te contamos todo lo que necesitás saber para disfrutar la Puna catamarqueña sin contratiempos.
El mal de altura, o apunamiento, es una respuesta del cuerpo a la menor disponibilidad de oxígeno que hay en zonas de gran altitud. En la Puna catamarqueña, donde muchos puntos turísticos (como Antofagasta de la Sierra, el Balcón del Pissis o el Volcán Galán) superan ampliamente los 3.000 y hasta los 5.000 metros, es bastante común si no se viaja con cuidado.
El apunamiento puede comenzar pocas horas después de llegar a la altura. Estos son los síntomas más comunes:
En casos graves (aunque poco frecuentes si se actúa a tiempo), puede derivar en edemas pulmonares o cerebrales, lo cual es una emergencia médica.
La mejor forma de evitar el mal de altura es permitirle al cuerpo aclimatarse. Acá van algunas recomendaciones específicas para esta región:
Si estás en plena ruta por la puna y sentís alguno de los síntomas, seguí estas recomendaciones:
La Puna catamarqueña es uno de los destinos más extraordinarios de la Argentina, pero también exige respeto por sus condiciones naturales. Escuchar al cuerpo, tomarse el tiempo para aclimatar y viajar con guías conocedores de la zona son claves para vivir la experiencia al máximo.
👉 Contactanos para conocer nuestras salidas con aclimatación progresiva, logística completa y guías especializados en altura.